BLOQUE II - COMUNICACIÓN ESCRITA. LA LECTURA
INTRODUCCIÓN
La comunicación escrita abarca
dos tipos de habilidades: la lectura y la escritura. La comunicación escrita
está íntimamente ligada a la comunicación oral. Esto es así porque ambos son
actos comunicativos, y porque las habilidades de comunicación escrita necesitan
de la oral para desarrollarse.
Si bien el aprendizaje de la
lengua oral se produce a partir de la inmersión en un ambiente que habla y se
comunica, no sucede lo mismo con la lectura: por más que una persona esté
rodeada de libros o viva en una biblioteca no aprenderá a leer ni a escribir. En
el marco del II congreso de psicología educativa, neurociencias y emoción, Fernando
Cuetos (2018) introduce este tema diciéndonos que nuestro cerebro no está
programado para leer o escribir y que se trata de una habilidad reciente en la
especie humana. No existe un área específica en cerebro para el aprendizaje
lectoescritor, sino que cuando el aprendizaje de la lectoescritura comienza, el
cerebro “cede” regiones que estaban destinadas o dedicadas a otras habilidades.
Se trata de una habilidad sumamente compleja, dada la enorme cantidad de sub-habilidades
que nuestro cerebro necesita poner en marcha, para que la lectura y la
escritura tengan lugar; y además, resulta imprescindible, para su adquisición, un
proceso de enseñanza. Otra de las ideas que Cuetos nos transmite, es que la
lectura no solo se desarrolla en la etapa de primaria, sino también en
secundaria; más aún, hay ganancias competenciales y se sigue mejorando en
bachillerato y en la universidad.
La lectura es uno de los aspectos
del currículum de educación primaria que más peso tiene y al qué más tiempo se
dedica, sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que realizan alumnos y
maestros, España no logra alcanzar la media europea, es decir, los resultados
que se obtienen en competencia lectora son bajos. La enseñanza de la lectura
está plagada de errores de índole didáctico-pedagógica que vamos trasmitiendo
de una generación a otra, por el simple hecho de que “siempre se ha hecho así”.
Esto denota con claridad una falta de reflexión, dado que los tiempos, la
sociedad y por tanto, las necesidades cambian. Hoy contamos con mucha
investigación que aportan valiosos y reveladores datos, sin embargo la
inercia de las políticas educativas, no están encaminadas a poner solución, al
menos no con la urgencia que se necesita.
A continuación, iremos
desgranando qué es leer y hablaremos sobre las habilidades y capacidades que son necesarias para llegar a ser un lector eficaz.
Los niños cuando comienzan el
aprendizaje lector, muchas veces no comprenden lo que leen, debido a que la
comprensión está muy ligada a la fluidez.
En estas primeras etapas, los niños emplean casi todos sus recursos
cognitivos en descifrar el código, quedándoles así, muy poco resto para dedicar a la
comprensión.
Leer no es decodificar. Leer
es comprender, inferir, relacionar, conectar con los saberes previos,
descubrir, conocer, reflexionar, aprender, interpretar. (Labajo, s.f.)
Existen dos tipos de lecturas: la
lectura silenciosa y la lectura en voz alta.
La lectura en voz alta es
un acto expresivo, se lee en voz alta para que otros comprendan, su finalidad
es trasmitir. El lector trasmite lo que el autor ha plasmado en el papel, pero
pasado por el propio tamiz. Para ello el lector debe encontrarse previamente
con el texto y trabajarlo, realizando cuantas lecturas necesite para su
completa comprensión. La lectura en voz alta es más lenta que la lectura
silenciosa, dado que en la primera es necesario leer todas y cada una de las
palabras que están escritas.
Trabajar la lectura en voz
alta. Prácticas recomendadas: La lectura en voz alta, suele ser un
ejercicio tortuoso para quienes no leemos bien y normalmente se evalúa y
califica, pero no se trabaja. Para que una lectura en voz alta sea buena, y
atrape la atención y escucha de su auditorio, el lector debe trabajar su propia
dicción, hacer uso de los matices vocales (tono, timbre, intensidad), variar,
ajustar y elegir el ritmo, hacer uso de pausas, miradas, etc. Su cuerpo también
va a transmitir, la lectura en voz alta puede prepararse frente a un espejo y
también autograbarse en vídeo, para desmenuzar todos los componentes y
plantearse aspectos a mejorar. Se puede trabajar la metacognición discutiendo
los aspectos antes mencionados con los alumnos. Cuando se trabaje la lectura en
voz alta, debemos avisar para que los alumnos la traigan preparada, o se hará a
posteriori de un trabajo de lectura silenciosa. Otras actividades: ir a leer a
las clases de los más pequeños, podcast, TV o radio escolar, etc.
Prácticas no recomendadas. Las lecturas en voz alta y a primera vista, lecturas encadenadas, y pedir a los que escuchan que
sigan la lectura con la vista, son prácticas escolares tan habituales como
aberrantes. Las razones las hemos dado anteriormente: si la lectura en voz alta
tiene el sentido de saber transmitir, además de que no es una lectura
comprensiva, el lector tiene que conocer de antemano el texto. El oyente, tiene
que conectar con lo que le es transmitido, por lo que no tiene sentido seguir
el texto con la vista. Por otro lado hay una discrepancia de velocidad: la
lectura en voz alta es más lenta que la silenciosa, lo que produce un desface
cuando se pide seguir con la vista lo que otro lee, además de favorecer una
desconexión, debido a que fisiológicamente no es posible estar a pleno en ambas
tareas (o escucho o leo). A este
respecto Tonucci ironiza pidiendo que imaginemos “(…) a una treintena de
adultos sentados en el mismo sitio, por ejemplo, en la sala de espera de una
estación, que leen todos el mismo libro y van más o menos por la misma página.
Creo que quien entrase en dicha sala de espera miraría a su alrededor para ver
si no se trataba de una ficción (la filmación de una película) y si no fuese
así se preocuparía mucho. Es una situación inquietante porque es absurda. En
cambio, esto pasa en la escuela todos los días y nadie se preocupa por ello”.
(Tonucci, s.f. pp 2).
La lectura silenciosa. Su cometido es la comprensión. Aunque depende del tipo de texto y la
finalidad que tenga el lector, es una lectura más rápida (que la lectura en voz
alta), sin embargo, la velocidad no es un objetivo sino una consecuencia. La
lectura silenciosa es un acto que sólo se realiza con los ojos, es decir, no
implica la voz, ni movimientos de labios alguno y tampoco leemos todas las
palabras, como sí lo hacemos en la lectura en voz alta.
Cuando leemos, se ponen en marcha
una gran cantidad de habilidades y capacidades. Los maestros necesitamos conocer en profundidad, tanto, los diversos componentes como los procesos que están implicados, para poder abordar en todo su espectro el trabajo
lector en el aula. Por otro lado, nos facilitaría saber cuál o cuáles de todos estos
aspectos podrían estar interfiriendo en niños que presentan dificultades,
y de esta manera planificar las estrategias adecuadas para apoyar su desarrollo.
La lectura implica“la
habilidad visual, la fluidez, los diferentes tipos de comprensión, la atención,
la memoria, las cuestiones lingüísticas que intervienen en la lectura
(vocabulario, morfosintaxis…), los conocimientos previos de los estudiantes,
sus estrategias para anticipar, inferir, relacionar, analizar, generalizar,
etc.”. (Labajo, s.f. pp 36). En otras palabras, todas estas habilidades y
capacidades podrían quedar englobadas en 4 grandes dominios, pero que actúan de
forma sincrónica e imbricada. Estos son: habilidad perceptiva (visual),
atención, memoria y comprensión.
Cuando hablamos de habilidad
perceptiva para leer, hacemos referencia a los procesos icónicos de
reconocimiento, cuando nuestros ojos se enfrentan al código escrito. El ojo
percibe una arquitectura, por así decirlo, es capaz de reconocer una serie de
unidades sin sentido (grafemas), o unidades con sentido (palabras) que pueden
formar, a su vez, otras unidades mayores (oraciones, frases, etc.). En el
siguiente vídeo de once segundos, podemos ver un ejemplo, de una correcta
descodificación del signo, pero sin que se ponga en marcha todo lo demás (es un
niño pequeño que nombra correctamente y en orden todas las letras de la palabra
“Welcome”, y que finaliza diciendo “alfombra”, dado que “welcome” estaba escrito
en un felpudo) https://www.youtube.com/watch?v=0JLsUE10Q5A&ab_channel=PedroHern%C3%A1ndez
Cuando leemos nuestros ojos
realizan saltos, hacia adelante o hacia atrás y fijaciones. El campo visual y
la visión periférica son habilidades que necesitan trabajarse para que podamos
ser lectores eficaces. Cuantas más fijaciones realicemos en una línea de texto
más lenta será la lectura. El ojo a partir de los movimientos que realiza,
tanto anticipatorios como regresivos, va organizando el puzle que componen las
diferentes piezas que conforman la globalidad.
La memoria: existen 3
tipos de memorias, la memoria a corto, medio y largo plazo. La memoria a corto
plazo, también llamada memoria operativa, es la memoria inmediata que se
encarga de hacer un link entre los distintos fragmentos. Es la memoria que
utilizamos para descodificar, es decir, analiza los rasgos perceptivos visuales
y los une con las representaciones almacenadas. Cuanto menos significativos
sean los fragmentos más dificultad encontramos y más costosa será la lectura. A
medida que vamos descodificando y encontrando sentido, comienzan a activarse
las otras memorias. La memoria a medio plazo
es la responsable de relacionar lo que estamos leyendo con lo que hemos leído hace
unos días, relacionando así, contenidos y contextos. La memoria a largo plazo
es la que nos permite recuperar el significado de las palabras, nos ayuda a
anticipar estructuras y sentidos, a otorgar globalidad a lo que leemos y a
poner en marcha nuestros conocimientos previos.
Uniendo estas dos habilidades, la
habilidad perceptiva y la memoria, hablaremos de las dos rutas que
hacen posible la lectura: la ruta indirecta o fonológica y la ruta directa o
léxica. La ruta fonológica es la que se ocupa de la
correspondencia grafema-fonema, y gracias a la cual descodificamos, la memoria operativa tiene un papel fundamental y se trata de una lectura más lenta y trabajosa. La
ruta léxica es la que nos permite leer palabras y reconocer una forma que
ya está almacenada en el cerebro, accedemos a su representación sin necesidad
de descodificarlas. Esta capacidad se amplia y desarrolla a medida que el
lector va ganando en experiencia. La ruta léxica es más rápida que la
fonológica, y es a la que más recurre un lector experimentado, sin embargo,
este apelará a la ruta fonológica cuando se enfrenta a palabras poco frecuentes
y desconocidas.
Por último, existen otras dos
capacidades o habilidades necesarias e imprescindibles para que la lectura tenga lugar: la atención y la comprensión.
La atención. Atender es
concentrarse en lo que se lee y se trata de una muy compleja capacidad en la
que están vinculadas cuestiones fisiológicas, cognitivas y volitivas o
motivacionales; debido a la relación entre texto, lector y objetivo, que hacen
que la atención se vea favorecida o menguada (más allá de dificultades
específicas atencionales que podrían estar concurriendo). Dependiendo del tipo de lectura que se realice
(oral, silenciosa, extensiva, intensiva, rápida o superficial, involuntaria,
integral, selectiva), pondremos en marcha distintas cualidades atencionales,
pero también comprensivas. Por ejemplo, la lectura involuntaria, no es ni
analítica ni atenta. (Lavajo, s.f.)
La comprensión. Esta
habilidad es la que por excelencia se verá trastocada si hay una dificultad en
cualquiera de las habilidades que hemos tratado. Fernando Cuetos,
citado al principio de esta entrada, nos dice que, a veces los maestros queremos abordar los
problemas de comprensión, y en ocasiones pasamos por alto que la raíz
de dicha dificultad puede ser una consecuencia de un déficit en alguno de los otros aspectos (habilidades perceptivas, procesos léxicos, prerrequisitos como la memoria o la atención). Esta es una
razón más, por la que nosotros, futuros profesionales, debemos conocer todos
los entresijos que encierra el acto lector.
Así como hemos hablado de las
malas prácticas en el apartado dedicado a la lectura en voz alta, también las
encontramos en este tema, por ser uno de los aspectos más trabajados en la
escuela. Por ejemplo, se suele trabajar la comprensión realizando preguntas
sobre lo leído, que normalmente utilizan las mismas palabras que se han
empleado en el texto. De esta manera, estamos apelando a la memoria a corto o
medio plazo, o invitando a una lectura superficial, para que el alumno busque
las palabras claves para encontrar el dato que se le está pidiendo. Pero no
estamos trabajando la comprensión, sino, la memoria, la atención, y las habilidades
perceptivas (en caso de poder recurrir al texto para poder responder).
Dentro de la comprensión encontramos: la comprensión denotativa, que es literal y se sustenta en las
referencias del emisor (escritor/autor en este caso); y la comprensión
connotativa que se da cuando realizamos inferencias. Es decir, hacemos nuestra
propia interpretación a partir de los conocimientos previos, valores,
experiencias, emociones, etc. Aunque, cabe mencionar, que en todo acto
comprensivo siempre se realizan inferencias, inclusive a partir de aquellos
textos que procuran la mayor objetividad posible. Es imposible que en un texto
se diga todo, siempre habrá algo que el autor de por hecho y eso conducirá a que
el lector realice inferencias.
“Es importante trabajar las
inferencias lógicas con nuestros estudiantes teniendo en cuenta su edad. Puede
que nosotros, como los escritores, presupongamos que estén entendiendo algo y
no es así”. (Labajo, s.f. pp25). Esta cita me recuerda a otras situaciones de aprendizaje infantil, donde los adultos dan por hecho y suponen un tipo de comprensión muy alejada de lo que los niños
les devuelven con una lógica aplastante. Puedes verlo en el siguiente vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=v3p-myazBnU&ab_channel=Lucasvlogs
Los métodos de enseñanza. Existen
diferentes métodos para enseñar a leer. Entre ellos encontramos los métodos sintéticos
(alfabéticos, fonéticos, silábicos); los analíticos o globales (fraseológico,
contextual, léxico); y los métodos mixtos. Cada uno de ellos conlleva ventajas
y desventajas. Desde el punto de vista psicopedagógico, el más recomendable es
el método mixto de corte tradicional o constructivo, ya que pone en un lugar
relevante la motivación, buscando encuadrar el aprendizaje en situaciones
funcionales, significativas y comunicativas para los estudiantes. A este
respecto me encantaría conocer con mayor profundidad el enfoque psicogenético,
y el trabajo de las autoras, Ferreiro, Teberosky y Nemirovsky.
PROPUESTA DIDÁCTICA
Tal como se ha visto en los
apartados anteriores, la competencia lectora está compuesta por una serie de habilidades
y subcompetencias que necesitamos entrenar y favorecer. Para ello presentamos
una serie de actividades en torno a un texto para trabajar los siguientes
aspectos: lectura silenciosa, habilidades perceptivas y léxicas, atención,
memoria, comprensión, lectura en voz alta, (este listado no implica un orden
secuencial).
Elección del texto y curso
destino:
No nos cansaremos de decir que
siempre es recomendable partir de los intereses de los propios niños, por lo
que es fundamental que el maestro conozca a su grupo. Otro aspecto a tener en
cuenta es ofrecer variedad de textos. Como estamos haciendo una práctica con un
grupo imaginario, me he lanzado a elegir las instrucciones de un juego de mesa.
A decir verdad, me encantan los juegos
de mesa y lo que peor llevo es leer las instrucciones, prefiero que me las
expliquen, pero esto me hace dependiente, y no me permite incursionar en juegos
nuevos o desconocidos por mi círculo. Además,
como casi todo en la vida, es una destreza que se puede desarrollar. A mi modo
de ver, la dificultad estriba en que se trata de cuestiones muy concretas y a
la vez fantasiosas y simbólicas, en las que es necesario leer con perspectiva e
imaginación. Un juego de mesa implica formar un puzle que está compuesto de
reglas, de piezas que tienen unas determinadas y muy concretas funciones (tablero,
fichas, cartas, etc.), acciones en que intervienen nociones espaciales y
temporales, supuestos, normas arbitrarias, un rango de elecciones o decisiones,
poderes, etc., y además, todo repleto de contingencias.
En este caso he pensado
en 5to curso, pero también podría realizarse con 6to curso. Se trata de una
actividad interesante, tangible y con aplicación práctica, donde se propone conocer
cómo jugar a un determinado juego. Estos juegos son en grupo, y sabemos que a
estas edades el círculo de pares tiene una importancia fundamental. Otras
razones en las que me baso para justificar la idoneidad de la actividad
propuesta, es que, según Piaget, los niños están en el estadio avanzado de
operaciones concretas, cerca del estadio de operaciones abstractas. Entre los 8
y 10 años, los niños comienzan a adquirir la metacognición, tienen un
pensamiento menos rígido y más flexible. Entre los 10 y 11 años comienzan a
desarrollar un pensamiento abstracto reflexivo. (Meece, 2001)
Desde el punto de vista lingüístico, el desarrollo
léxico-semántico, les permite utilizar un vocabulario más técnico, comienzan a
comprender y manejar los sentidos literal y figurado, y manejan conceptos
abstractos. A nivel morfosintáctico, dominan estructuras, tiempos verbales y
oraciones complejas. (Gómez, s.f.)
Contexto o proyecto. En
principio podríamos proponer esta actividad de forma aislada, o como parte de
un proyecto unificador. Se puede dividir la clase en grupos cooperativos, a
cada uno se le presentaría un juego y actividades como las que he diseñado. Se
podrían incluir actividades de expresión oral, como las trabajadas en el bloque
anterior. Si un grupo domina el reglamento de un juego determinado, estos
podrían explicar a los demás dicho juego. Trabajarían en grupo para aprender
entre ellos mismos, capitalizando las diversas experiencias de explicar a los
demás, así como los aspectos que resultan dificultosos para el grupo al que
le están enseñando el juego, y además, cada estudiante tendrá oportunidad de
explicar el juego, cada uno a un grupo distinto. Podrían afinar sus
explicaciones, realizar mapas, etc. y estaríamos involucrando en un mismo proyecto las competencias orales y escritas.
Por razones de diseño y espacio, he realizado las actividades en un documento externo, que podrás ver pinchando en el siguiente enlace. Dicho documento incluye: actividades previas a la lectura, la lectura en sí, y actividades post lecturas. Incluye también propuestas de autoevaluación.
Evaluación. La evaluación
será continua y se reflejará en rúbricas de autoevaluación, y evaluación del
profesor. Las evaluaciones de las distintas actividades nos servirán para
establecer y acordar, junto a cada alumno, determinados objetivos y metas. De
esta manera favoreceremos la metacognición y que sean constructores de sus
propios aprendizajes. El rol del maestro es de ayuda y guía.
Es importante transmitir al
alumnado, la necesidad y los motivos de ser honestos cuando les pedimos que se
autoevalúen. La autoevaluación tiene la función de ayudar a marcarse metas de
aprendizaje y crecimiento. En este aspecto el profesor debe ser muy riguroso y
coherente y no basarse en dichas autoevaluaciones para
calificar, sino en procesos y logros de los estudiantes.
He diseñado una autoevaluación para realizar apenas acaben la primera
lectura, y anterior a realizar la batería de actividades que he desarrollado. La idea es recoger datos sobre el proceso de lectura, trabajar el
metaaprendizaje, y ver si hay cambios después de las actividades propuestas. Además, serviría para registrar el proceso lector de cada estudiante,
considerando que trabajaremos a lo largo del curso muchas más actividades y con
distintos tipos de textos.
Pero, sinceramente, todo este
tema de la evaluación, rúbricas, hojas de observación, autoevaluación, etc., es
un aspecto que no tengo cerrado, me genera muchas dudas y dificultad, y de los visto no
encuentro nada que me convenza. Esto podría deberse a que la evaluación estará
directamente relacionada con lo que el profesor trabaje y con cómo lo trabaje. Tal vez estaba buscando una receta, y en educación sabemos que las recetas no funcionan.
Autoevaluación, primera
exposición al texto:
Autoevaluación. Primera exposición al texto. Elije una
opción y comenta lo que quieras. |
||
Hora de
inicio: |
Hora final: |
Total de
minutos empleados: |
He leído todo el texto entero: 1- una vez; 2- no he llegado a
completarlo; 3- algunas partes las he leído dos veces. (Opcional: puedes
añadir comentarios) |
||
Cuando leo en silencio: 1-
puedo hacerlo utilizando solamente los ojos; 2- preferiría señalar con el
dedo o lápiz lo que voy leyendo; 3- necesito señalar lo que voy leyendo, si
no lo hago “me pierdo”. (Opcional: puedes añadir comentarios) |
||
Comprensión: 1-he comprendido todo sin
dificultad; 2- me ha costado un poco; 3 - me ha costado bastante; 4- me ha
costado mucho. (opcional: puedes añadir comentarios ¿encontraste
palabras desconocidas?, ¿hubo alguna parte en especial que no hayas
comprendido? Puedes realizar preguntas sobre las partes que no hayas comprendido,
por ejemplo: ¿Quién empieza la partida? ¿cómo se mueven los robots?, etc.) |
||
Atención: 1- me he concentrado muy bien;
2- me ha costado un poco concentrarme; 3- estaba muy distraído/a (opcional:
puedes añadir comentarios) |
||
Nivel de dificultad del texto: Del 1 (muy fácil) al 10 (muy difícil).
Pon un número que represente a nivel general cuán fácil o difícil te ha parecido el texto.
¿podrías explicar a qué crees que se debe? |
||
¿Te gustaría aprender a jugar este juego? 1
(nada) – 10 (mucho). Pon un número que represente tu interés por aprender
a jugar este juego. |
Autoevaluaciones parciales. Estas autoevaluaciones las he propuesto para algunas
actividades, y no sabría si dejarlas tal cual, en las hojas de trabajo, o
reunirlas todas como haré a continuación. Tal vez podría ser una hoja de
registro del profesor. Como decía antes, son ideas que no tengo cerradas o
resueltas. En caso de que alguien me lea ¿me podría sugerir alguna idea? (Varias de las actividades propuestas no llevan autoevaluación)
AUTOEVALUACIÓN – ACTIVIDAD: RICOCHET ROBOTS |
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Nombre |
||||||||
ACTIVIDADES DE
COMPRENSIÓN |
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Correctas |
incorrectas |
Sin responder |
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ACTIVIDAD 1 |
|
|
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ACTIVIDAD 2 |
|
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ACTIVIDAD 3 |
|
|
|
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Pregunta final de autoevaluación: SI -
NO |
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ACTIVIDADES
PARA LEER MEJOR |
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PALABRAS PARECIDAS |
Palabras encontradas: |
Después de la corrección: |
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IMPRESORA AVERIADA |
Nivel de dificultad texto 1:
ALTO – MEDIO – BAJO |
|||||||
Nivel de dificultad texto 1:
ALTO – MEDIO – BAJO |
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LECTURA SELECTIVA |
Tiempo empleado: |
Aciertos |
Fallos |
|||||
ATENCIÓN Y
HABILIDAD VISUAL |
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MIRADA DE ROBOT |
TIEMPO: |
ACIERTOS: |
Nivel de dificultad: ALTO – MEDIO – BAJO |
|||||
VENGANZA DE ROBOT |
TIEMPO: |
Nivel de dificultad: ALTO – MEDIO – BAJO |
||||||
SINTAXIS Y
ESTILO |
||||||||
BUSCADOR DE ERRORES |
Errores encontrados: |
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MEMORIA |
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MEMORIA DE ROBOT |
1er intento |
2do intento |
Aciertos |
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EMPAREJADOS RAROS |
Número de palabras recordadas: |
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LECTURA
EXPRESIVA |
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Mi velocidad de lectura es: adecuada – muy rápida – muy lenta |
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Vocalización. Mis compañeros me entienden: con facilidad – a
veces – con dificultad |
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Realizo pausas y uso los signos de puntuación: pocas veces – a
menudo - siempre |
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Volumen. Adecuado – muy bajo – muy alto |
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Fluidez: me trabo a veces – me equivoco bastante – si lo
preparo no tengo problemas |
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Mi entonación: es variada – me gustaría incorporar más matices
– es monótona |
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Me gusta leer para mis compañeros: nada – poco – mucho |
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EVALUACIÓN GENERAL DE LAS ACTIVIDADES |
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Realizar las actividades me ha ayudado a comprender mejor: SI – NO – Solo
algunos aspectos |
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Las actividades que más me han gustado han sido: |
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Las actividades que menos me han gustado han sido: |
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Creo que lo que se me da mejor es: |
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Lo que me gustaría mejorar especialmente es: |
Evaluación de la profesora
Alumno/a |
Insuficiente |
Necesita mejorar |
Adquirido/ Buena |
Observaciones |
LECTURA SILENCIOSA |
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No realiza
movimientos labiales |
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|
Puede leer
utilizando solo los ojos |
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|
Lee con buen
ritmo |
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COMPRENSIÓN |
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Comprende
vocabulario |
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Localiza
información explicita |
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Comprende
globalmente el texto |
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Interpreta y relaciona
distintas ideas |
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Predice,
recapitula, realiza inferencias |
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HABILIDAD VISUAL |
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Prescinde de
señalar |
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Velocidad |
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ATENCIÓN |
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MEMORIA |
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CORTO PLAZO |
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MEDIO PLAZO |
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LARGO PLAZO |
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LECTURA EXPRESIVA |
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Articulación |
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Volumen |
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Velocidad
general |
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Matices
expresivos (timbre, volumen) |
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Pausas,
respiración. |
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Anticipación
ocular |
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MOTIVACIÓN |
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Nivel de
interés lector general |
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Interés
particular en esta lectura |
nulo |
medio |
alto |
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METACOGNICIÓN |
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Es muy
autoexigente |
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|
Es consciente
de sus fallos |
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|
|
Es consciente
de sus progresos |
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|
Se propone
metas |
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CONCLUSIONES
En todas las actividades que
propone Irune, tanto las realizadas en la asignatura de literatura, como en las
que llevamos hasta el momento, lo que más me cuesta y tiempo me lleva es la
elección del material con el que trabajar, los textos. Luego de dar muchas
vueltas me decanté por este, pero en algunos aspectos el texto se me ha quedado
corto, como por ejemplo en el vocabulario, no tiene mucha “chicha”. Sin embargo,
para trabajar la comprensión, creo que es una buena elección. Además,
comprenderlo es la condición necesaria para poder jugarlo y es un incentivo
regio.
Este trabajo me hizo pensar en el rechazo que suelo
tener a leer las instrucciones de los juegos, a pesar de que me encantan, y
muchos de ellos me parecen verdaderas obras de ingeniería. Lo que me hizo
reflexionar ¿será que no me gusta leer instrucciones, o que, como me cuesta
comprender prefiero no leer textos de este tipo? Creo que está más relacionado
con lo segundo. He descubierto que tengo bastantes dificultades de memoria, me
da una enorme pereza recordar datos. Pero me da pereza porque me cuesta. Sin
embargo, he disfrutado mucho realizando las actividades, porque he tenido que
leer el texto de una forma distinta, y la sensación de estar haciendo actividades
para ayudar a que otro comprenda me pareció fascinante, porque, en definitiva,
era como si las estuviera haciendo para mí.
Además de la dificultad que me
genera elegir un material, sobre el que realizar una propuesta didáctica; en
esta asignatura, se ha sumado un nuevo problema: la evaluación. Todo lo
referente a la evaluación me resulta apasionante e interesante, pero también
difícil y desconocido. En este sentido, la forma en que está planteada la
evaluación de esta asignatura, “Didáctica de la lengua”, creo que es un claro
ejemplo de qué es una evaluación formativa, nosotros sabemos en todo momento
qué se nos está pidiendo, y en qué estamos siendo evaluados, hay tiempo para
mejorar los trabajos, espacio verdadero para reflexionar, se tiene en cuenta el
punto de partida y el proceso de aprendizaje. No se trata de una evaluación
punitiva.
Este bloque me ha dejado mucho
aprendizaje. He aprendido y reflexionado sobre mi propia manera de leer que
siempre me ha producido mucha incomodidad y complejos. Me ha ayudado a entender
algunos porqués.
Antes de la pandemia estaba
observando clases en un colegio público. No eran prácticas, yo impartía coro
como actividad extraescolar, tenía buena relación con el equipo directivo, y me
permitieron observar sus clases. He pasado por la experiencia de la lectura en
voz alta repartida y a primera vista. La maestra del cole me “regaló”
participar. ¡sacó mi más preciado rojo tomate frente al grupo! Os lo garantizo,
no tenía idea de qué diablos estaba leyendo, ni si estaba de pie, sentada o flotando
por el espacio sideral. Traumático y vergonzoso; ya con canas y sin poder afrontar
un texto que leían alumnos de 11 años; bueno, tampoco sé si se ha notado tanto,
pero lo pasé francamente mal.
Pienso que es importante ser
consciente de los propios procesos de aprendizaje, a mí al menos me trae paz.
Creo también, que cuando uno tiene dificultades en alguna área, estas pueden
transformarse en un plus a la hora de enseñar. Conocer de primera mano ciertas
dificultades, y estrategias empleadas para que no se noten o para solventarlas,
puede servir para ayudar a otros. Hacer que no se noten, creo que es un muy humano
mecanismo de defensa, la cuestión es que se pierde mucho tiempo, y no permite
poner en marcha herramientas de prevención o solución. Si existe la necesidad
de emplear mecanismos de ocultación, ¿estará esto relacionado con una práctica
que exige resultados, sin considerar los procesos que nos llevan a ellos, o que
se pide a todos lo mismo y al mismo tiempo, sin respetar ritmos individuales?
Este bloque, también nos ha
dejado unos cuantos regalos, como el Havilect. Desconocía que pudiera existir
algo así, ni que las habilidades visuales se pudieran trabajar. Otros regalos
que nos deja este bloque, es todo el material didáctico y las mil ideas para
trabajar todos los aspectos de la lectura. Me maravilla descubrir tantas cosas completamente
desconocidas. Intento explicarme mejor: hay muchas cosas que no sé, pero tengo
consciencia de ello, no sé nada de mecánica, de peluquería, ni de química
cuántica, pero sé que existen. En cambio, todo lo trabajado en este bloque, que
es tan básico y por lo que todos hemos pasado, para mí era totalmente
desconocido.
Aunque he cursado en el primer
semestre tres asignaturas de la mención Audición y Lenguaje, dichas asignaturas
tienen un enfoque totalmente distinto. ¡Hace años que necesitaba esta
asignatura y no lo sabía!
REFERENCIAS
Gómez, F. (s.f.) Apuntes
de asignatura Programas, estrategias y recursos metodológicos de intervención
en el lenguaje.
Iza Dorronsoro, L. (2006).
El plan de lectura en los centros de Educación Infantil y Primaria. Gobierno de
Navarra, Departamento de Educación,
Labajo, I. (2021). Acceso
a la lectoescritura. Presentación PowerPoint.
Labajo, I. (s.f.).
Didáctica de la Lengua Española. Módulo teórico docente.
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constructivismo y la lectura. Creando necesidades. Presentación PowerPoint.
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lectura. Presentación PowerPoint.
Meece, J. (2001). Desarrollo
del niño y del adolescente. Compendio para educadores. Ed. McGraw-Hill
Sanz, M. (s.f.). Hacia
la lectura jugando.
Has elegido perfectamente, Erica. Es un trabajo magnífico. Ya conocía el vídeo de Welcome pero me ha encantado volver a verlo aplicado a lo que hemos ido trabajando :)
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